lunes, 19 de mayo de 2008

LECTORES SECRETOS


Me gustan los blogs con pocos comentarios, sentir que la persona escribió esa entrada como un acto de humildad y hermandad cósmica . Me gustan los blog con pocos comentarios tanto como los libros que tienen pocas fechas de salidas. Cuando terminas de leer un libro que te alucinó y miras la penúltima fecha de devolución dices : waaaaaa hace casi un año que el libro descansaba en la estantería. Imaginas al lector o la lectora , ¿le habrá gustado o leyó 6 paginas y lo devolvió?.
Tu eso sí tienes una ventaja, puedes ver el registro de devoluciones y prestamos del libro en el programa de la biblioteca. Casi siempre la tentación te come y ves quien fue el que tuvo esas paginas antes que tu. Te das cuenta que los nombres se te repiten. Hay 4 personas con las que compartes muchas lecturas. Sus edades son variables y a ninguno lo conoces. Son socios activos , la mayoría tiene uno o dos libros en su poder , pero tu no recuerdas sus caras.
Es por eso que te gustan los blog con pocos comentarios, por que te dan la misma sensación que esos libros que le interesan a 5 0 6 lectores, que conoces, pero con los cuales te une algo.

4 comentarios:

sfer dijo...

Una de las exposiciones de libros, en la biblioteca, que más me ha gustado hacer fue una en la que, tres años después de haber abierto la biblioteca, sacamos las estadísticas de los libros que nunca habían sido prestados todavía, seleccionamos algunos y los expusimos. Más, aquí.

Katrina Van Dassos dijo...

Qué auténtico...
la verdad es que llevo unos años sin utilizar devolución y préstamo para mis lecturas optativas. Pero recuerdo cuando no trabajaba y ni me planteaba comprar libros pudiéndolos leer gratis que, efectivamente, me chiflaba ver un libro que llevaba 3 años o 4 sin haber sido prestado.

Y sí, miré las firmas y la forma de la rúbrica, pero con los nombres no me quedaba...

Katrina Van Dassos dijo...

por cierto, ¡buena iniciativa la de sfer! Así dan gusto l@s bibliotecari@s.

lammermoor dijo...

¡Creía que era la única que observaba la última vez que se había sacado un libro! En ocasiones fuí la primera, a pesar de que el libro llevaba mucho tiempo en la biblio.
Ahora se impone el código de barras y los que estamos del otro lado del mostrador no tenemos esa información.
A mi me provocaban ternura esos libros olvidados, que por unos días habían recobrado su sentido -ser leídos.