miércoles, 15 de octubre de 2008

LECTOR DE SEGUNDA MANO

Hace cinco años yo era un lector de segunda mano. Un lector que estaba obligado a satisfacer sus gustos narrativos en librerías de viejo y mercadillos. El dinero no me alcanzaba para entrar a una librería y comprar alguna novedad editorial o una bella edición encuadernada de un clásico, con notas a pie de pagina.
Podía dedicar tardes enteras a buscar el libro: bueno, bonito y barato. Tardes enteras recorriendo librerías y casas de antigüedades. Encontré muchas joyas. Encontré los libros de Onetti cuando nadie se atrevía a volver a publicarlos. Pulp publicado en Buenos Aires en la década de los cincuenta, folletines antiguos.
Cuando abrió la biblioteca donde ahora trabajo, deje un poco de lado el mundillo de segunda mano. Hoy he vuelto a las librerías de viejo , y aunque no he comprado mucho , de alguna manera me reencontré con el lector de hace cinco años , que tenia como única fuente de su necesidad lectora , los libros amarillos y de roneo.

11 comentarios:

RebecaTz dijo...

Cierto Leo, yo también he encontrado algunos valiosos libros descatalogados. Lo malo es que desde que decidí releer "Demian", en una edición viejísima y heredada, me dio tal alergia a causa del polvo profundamente impregnado en el libro, que ahora he tenido que prescindir de todas esas joyas. :(

Saludos.

Anónimo dijo...

A mi me encantan también las librerías de viejo, Leo. Pero he de ir con guantes, se me ponen las manos fatal, por el polvo. Es un problema lo de la alergia, Andrómeda. Pues lo mejor es ir a las ferias, que están al aire libre...Yo me he comprado algunos hace poco, en la feria de Madrid. Scaramouche, en una buena edición del Circulo de lectores.

María dijo...

Me encanta pasearme por librerías antiguas de segunda mano, donde los libros poseen anotaciones a los lados de las páginas, o quizá una dedicatoria...es como estar leyendo un libro con un lector/a...
Pasear por calles donde sabes que encuentras librerías como estas. En mi ciudad hay una y en Londres no me privé de visitarlas. También lo hago con cuidado, porque te puedes traer no sólo un libro...Un saludo, me encantó esta entrada...

mario skan dijo...

No sabía que Siglo XXI publicara a Onetti. Lo más raro que tengo del uruguayo es una edición de Salvat con prólogo de Donoso de El astillero. Vaya a saber en qué lugares anduvo tirado, en algún piso de cemento de un cocina. o un cuarto oscuro de una casa húmeda, porque las hojas están amarillas y tan picantes que te hace estornudar.
saludos y a seguir buscando joyas.

Leox dijo...

Andrómeda y Ariodante: Seria bueno encontrar una librería de viejo, sin polvo y con los libros ordenados, creo que es buen negocio. Al menos yo seria un comprador cotidiano.

Maria: Te envidio recorrer las librerías de Londres, uffff.. Eres una persona privilegiada.

Mariano: Onnetti es un escritor que recién hoy comienza a ser descubierto. Sobre todo sus pequeñas ediciones

Gracias por pasar

Bárbara dijo...

Creo que en mi caso la lectura de Bolaño comenzó después de su muerte pero lo que contás me recuerda el momento en que me enteré que Saer había muerto, hacía ya años que me consideraba "lectora de Saer" y sentí que había muerto alguien a quien yo conocía, un compañero de ruta o algo así.

Me parece buenísimo reseñar "La literatura nazi...", no debe faltar mucho para que me lo manden de la librería. Y lo de las cartas también me parece buena idea, yo conservo las cartas de mis abuelos fechadas en 1930, escritas a pluma, es una pena que la gente ya no se escriba cartas; hace poco leí un texto que comentaba cómo el género epistolar pasó a ser literario, lo que entiendo significa que dejó de integrar la vida cotidiana de las personas.

Bueno, no puedo agregar nada de Ford porque no lo he leído pero creo que lo raro sería que pudieras explicar las sensaciones. Saludos.

Anónimo dijo...

Lo bueno es cuando encuentras, buscando entre los libros de segunda mano, algún ejemplar con anotaciones, o con un billete guardado,...el año pasado estuve a punto de comprar un libro poque dentro traía una hojita de notas, de los años cuarenta, ya no me acuerdo qué libro era, pero finalmente no me decidí, porque el libro en sí no me interesaba demasiado. El que sí que compré en la feria fue un pequeño librito en versión bilingüe, de Mark Twain, "Viajes por el Missisipi",muy envejecido, y ése sí que llevaba anotaciones, traducciones personales de algunas expresiones inglesas, etc. Una delicia.

Katrina Van Dassos dijo...

El encanto de un libro que pasa por muchas manos no lo tiene uno nuevo.
A mí no me importa que le ocurran cosas al libro (siempre que el texto sealegible y siga cosido al completo), creo que son como las arrugas de las personas. Parte de su historia.
Y cuando te topas con uno de estos siempre te preguntas, ¿quién sería su anterior dueño?.

Un abrazo.

Gonzalo Muro dijo...

leo, qué hermoso post. Y qué bueno que, pese a las penurias, los libros sean igual de buenos y nos permitan disfrutar de igual manera, estén o no editados con pastas duras, con papel satinado o con los lomos desgastados. Para eso, la lectura es, sin duda, una de las aficiones más democrácticas y un placer del que nadie (o casi nadie) nos puede provar.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Las librerias de viejo son mi pasión, me calman y me tranquilizan, completamente distintas a esas otras, que también las hay buenas, que incluso ahora tienen cafeteria, con lo cual mis dos vicios juntos, pero las de viejo, que gustazo.

Anónimo dijo...

qué maravilla encontrar esa edición de la novia robada en una libreria de viejo