viernes, 3 de octubre de 2008

LECTURA Y SILENCIO


Desde hace unos meses me dado cuenta que soy un adicto al silencio. Una persona que se puede pasar todo el día, en casa leyendo cuando los otros están en sus trabajos y universidades. La fiesta eterna , ya me aburrió un poco. La viví por mucho tiempo , pero ya basta . Ahora prefiero la calma , la lectura pausada. Aprovechar las mañanas de primavera y leer un libro bajo la sombra del patio .
Por la ventana de casa se ve una cascada, muchas veces después de leer una parte del libro que me ha gustado mucho, enciendo un cigarrillo, bebo un tè y miro por un rato la cascada. Ni tan lejos del mundo bullicioso de la cuidad donde trabajo , ni tan lejos de la naturaleza que contemplo por la ventana

8 comentarios:

mario skan dijo...

Eso si que es pasarla regio, mucha lectura, tè, café, en argentina le damos al mate, que chilla a cada chupada. Te cuento que ahora leo tres cosas a la vez: Cicatrices de Saer, Hablemos de langostas y La niña del pelo raro de D F Wallace. Bueno, y confiésote que hago intento de escritura.

Me gusta la portada del libro de Ford, si lo tuviera a mano le hinco el diente esta misma noche y hasta la palabra fin no paro.

saludos y siga disfrutando

Juan Mata dijo...

Bienvenido, amigo, al club de los silenciosos. Le aseguro que no se arrepentirá. Los placeres que procura el silencio no los ofrece, ni de lejos, el bullicio. La imagen que acompaña su declaración es francamente deliciosa. Leer en silencio: he aquí la felicidad.

Saludos.

María dijo...

Vives en un paraíso!!...desde luego yo también necesito del silencio. Aunque a veces, cuando estoy por casa, leyendo, junto a un té, me gusta acompañarme de buena música...a veces clásica...pero también busco el silencio. Ya hubo momentos de "ruido" en mi vida.

Anónimo dijo...

Es maravilloso; yo también consigo momentos de silencio en mi casa de la montaña. Y francamente, es impagable. Una tarde apacible, leyendo, tomando té...Ojalá pudiera ser siempre asi, pero, claro, la realidad llama a la puerta constantemente para interrumpir. Pero mientras puedas, apura tus momentos de silencio. ¡Son joyas!

hapuc dijo...

bueno, creo que a mi me fascina el silencio... vivo con una familia bastante gritona y chillona... y en la biblioteca me desconcto como de todo mi pasado... creo que por eso entre a estudiar Bibliotecología... y aunque no he logrado el perfecto silencio me agrada... bueno al final no te he respondio...


Si, estoy releyendo la rayuela... y el capitulo 7 me recordo no solo cuando dibuje y me dibujaron los labios sino nariz, ojo, ceja, oreja, etc....

Bárbara dijo...

Me sumo a los comentarios recibidos, nada mejor que pasarla así. No es poca cosa la calma. Cuando estoy muy rodeada me dan ganas de apretar un botón y bajar del techo el "cono del silencio" que era un artefacto muy simpático del super agente 86 (no sé si lo veías pero era genial)
Saludos.

RebecaTz dijo...

Yo también lo prefiero, aunque no dejo de recordar mis tiempos universitarios, cuando era capaz de leer en una cafetería bulliciosa. Ahora he aprendido a valorar la concentración que me otorga el silencio, sin olvidar, por supuesto, la humeante taza de té.
Un saludo. :)

AOF dijo...

Deberías leer entonces "El Silenciero" de Antonio Di Benedetto. Es la historia de un tipo al que el ruido parece perseguirlo, envolverlo y torturarlo, ¿de donde viene esa obsesión? es la pregunta que parece plantear el narrador ¿de adentro de uno o de afuera? Con un lenguaje extraño (semibarroco) el autor construye una novela cimentada en el humor, la ironía y una especie de angustia muy arltiana.
Interesante blog, voy a volver