viernes, 12 de septiembre de 2008

KAFKA Y LOS LIBROS

"Progresivamente, intentaré agrupar todo lo que hay en mí de indudable, luego lo creíble, luego lo posible, etc. Es indudable mi avidez por los libros. No tanto por poseerlos o leerlos como por verlos, por convencerme de su permanente existencia en los estantes de una librería. Si en alguna parte hay varios ejemplares del mismo libro, cada uno de ellos me alegra. Es como si dicha avidez partiese del estómago, como si fuese un apetito descaminado. Los libros que yo poseo me dan menos gusto; en cambio me alegran ya los libros de mis hermanas. El deseo de poseerlos es incomparablemente menor, casi inexistente".

Diario de Kafka

6 comentarios:

Rayuela dijo...

Comparto parte de esa avidez. Entro en una librería y la primera sensación que me embarga es la de desbordarme contemplando los libros, tocarlos, olerlos, sentir su novedad o su vejez; me pasa incluso con aquellos que, tras hojearlos, pierden interés literario. Pero, a diferencia de Kafka, también tengo avidez por poseerlos, por llevarlos a mi estantería privada. Necesito dar unas vueltas y calmar mi impulso, porque sé que me llevaría ejemplares que, bien pensado, no me interesan. Y también es cierta esa atracción hacia los libros ajenos, los que no son nuestros.

¡Saludos!

Gonzalo Muro dijo...

Lo primero, gracias por tu visita a mi blog y tu comentario. Es un placer visitar el tuyo.

Me alegra ver que no sólo compartimos gusto por Roth, sino por Kafka (otro judío con una peculiar relación con dicha condición). Los diarios de Kafka son una lectura inquietante pero imprescindible para conocer su obra y su pensamiento. Acabo de terminar de leer el libro de Stach, "Kafka. Los años decisivos", y estoy aún maravillado. Muy recomendable.

Un abrazo y hasta la próxima.

RebecaTz dijo...

Pienso lo mismo que Rayuela. Para mí las librerías representan poco menos que el Paraíso Terrenal. Y es que el contacto con los libros es indescriptible: la emoción de contemplarlos, de leer la contraportada, de seleccionar el que nos llevaremos a casa y, finalmente, el tener que dejar otros con una sensación de añoranza... Hasta eso tiene su encanto.
Sin olvidar la posesión misma, claro. Adoro mis libros.

Me está gustando mucho tu blog, Leofumopio, y eso que apenas comienzo a descubrirlo. :)
Saludos.

Leox dijo...

La acomulacion de libros , un placer que todos tenemos.Aunque no leamos ni el 60 % de nuestra biblioteca.

María dijo...

Comparto todas vuestras opiniones, y...siento un placer enorme cuando entro en una librería o biblioteca y miro la cantidad de libros que, quizá, esperan estar vivos de nuevos en nuestra mente e imaginación...me gusta^^

monicalvarez dijo...

Yo también amo los libros y en mi biblioteca tengo aquellos que se convierten en lectura recurrente,de Kafka,de Mann,de Niezsche,de Mishima,de poetas como Neruda,Vicente Alexandre,Lorca,Duras,Anais Nin,Henry Miller,D.H.Lawrence,Wilde,en fin,tantos que daría para mucho.
Por supuesto que soy renuente a prestarlos.
Un ávido lector,generalmente esconde a un espíritu insatisfecho.
Vivan los libros
Saludos desde Chile